Una Pastilla: en busca del cuerpo soñado a costa de todo, no hay camino fácil

 

Cómo me gustaría regresar el tiempo y poder haber pedido la ayuda necesaria y evitar aquella pastilla milagrosa que cambiaría mi vida sin punto de regreso. Alexa @thisisslex nos platica su historia de sobreviviencia y transformación para tomar conciencia sobre cómo sobrepasar un aspecto más del TCA (Trastorno de Conducta Alimenticia) y como su vida con la ayuda correcta la llevo a ser triatleta

“Desde hace tiempo tenía la idea de compartirles mi historia, mi pasado. Las altas y las bajas de mi alimentación, todo lo que he pasado y cómo logré llegar a donde estoy hoy en día. No hace mucho me llegó un mensaje de esos que te dejan en “shock” y con una profunda tristeza, me enteré que una niña murió por tomar pastillas para bajar de peso, las famosas anfetaminas, que muchos ya conocen. 

Me sentí tan identificada, es un momento de mi vida que tal vez quisiera borrar, pero creo que es mucho mejor contarlo al mundo entero para que todas aquellas mujeres, niñas y tal vez hasta hombres, se puedan sentir identificados con mi historia. Por lo que me quiero abrir y platicarles lo que yo viví, para que sepan que no están solos y que no son los únicos. 

¿Cómo empezó todo? Yo cuando era chiquitita tenía esos kilos de más, lo cual se puede decir que hasta cierta manera era considerado normal, el vernos “llenitos”. Conforme fue pasando el tiempo crecí y me empecé a desarrollar, en mi niñez tenía una alimentación muy mala, no era nada organizada con mis comidas, tenía ya a esta edad todo un tema de desajustes. A los catorce años empiezo lo que después sabría que sería una gran lucha, comencé a ir con diversos nutriólogos o especialistas en alimentación con el afán de bajar de peso, lo que se convirtió en un ir y venir, porque si sentía que no estaba teniendo los resultados, o como yo misma lo denominaba “no me servía”, cambiaba a otro.  Se puede decir que conozco a casi todos los especialistas de Mérida, hasta de consultas en línea, estaba totalmente obsesionaba. En el internet estaba en una búsqueda incansable por encontrar la dieta perfecta, no importando qué tan restrictiva fuera. En el fondo tal vez sabía que no eran nada buenas, pero intentaba todo, desde la dieta de la manzana que te prometía bajar 5 kilos en una semana, lo que sea. Y que para ser sinceros en mi mente adolescente nunca me cuestioné si estaban bien o mal, o si éstas tenían consecuencias.  

Intenté todo no importando qué tan restrictivas fueran: dietas sin carbohidratos, de puras grasas, las que te llevan a desayunar sólo un licuado por la mañana o en el almuerzo solo poder comer manzana. Dietas que realmente a largo plazo no eran sostenibles. ¿Me funcionaron? Sí, algunas sí lograban el cometido de hacerme bajar de peso, pero sea cual sea llegaba el rebote, es normal porque el cuerpo no aguanta tener un déficit calórico tan bajo.  Hice tantas dietas, tantos planes y ejercicio excesivo y exhaustivo; hace muchos años yo iba al Campestre y me quedaba más de 4 horas, corría, subía escaleras, me metía a todo tipo de clases. Y aunque tal vez ahora hago más ejercicio que nunca éste está supervisado y va a la par de un plan de alimentación con base a la preparación para poder realizar triatlones.

Y pasaron los años, tal vez fueron más de cuatro, hasta que me di cuenta que nada de esto me estaba funcionando. Ya llevaba mucho tiempo repitiendo el mismo esquema. Me fui a estudiar al extranjero y al regresar subí 8 o 10 kilos, algo muy común que les pasa a muchas por el cambio de alimentación, pero a mi regreso me entró tanta desesperación, que lo primero que dije fue quiero tomar pastillas para bajar de peso, las famosas anfetaminas, se lo platiqué a mis papas, pero obviamente no tenían idea lo que esas pastillas eran o hacían al cuerpo. Yo les dije que iba sola a la cita, no me acompañen yo me encargo, es sólo una pastilla. Llegué a la cita, con un doctor, y sí me asusté un poco, eran demasiadas pastillas y bastante caras, la dieta era muy rara, nada de comida, cosas muy  diferentes. Pero di el sí, me decidí, dije que eso es lo que tenía que hacer y me fui a comprar toda la farmacia de pastillas. 

Empecé a tomar las pastillas, fueron pasando los días, y me arrepiento tanto de haber tomado esa decisión, a esa edad no tenemos idea de lo que te puede pasar, ese tipo de pastilla que es como una droga para el cuerpo nos hace demasiado daño. Fue un momento horrible en mi vida, tenía dolor de cabeza 24 horas al día, tenía un humor que ni yo me soportaba, recuerdo que mi hermana me decía “estás impresionante, no eres tú, eres un ente, no disfrutas, un cero a la izquierda, no sonríes, no hablas”.  Me molestaba y trataba de ocultarlo, y decía esto normal, pero la verdad es que ya no tenía hambre, siempre estaba cansada, no tenía ganas de nada, mis manos y yo temblábamos todo el día. Y todo esto por bajar de peso, por estar flaca y sentirme aceptada frente a la sociedad, por sentirme más bonita y que la gente me viera. 

Pasó el  tiempo, bajé mucho de peso, ¿me funcionó?, la respuesta es sí, pero no me duró nada, todo lo malo que pasé se puede decir que me duró un mes, que hasta me veía mal, pero hasta de más flaca y con aspecto de enferma. Obviamente llegó el rebote. Me van quitando las pastillas, ya no le das al cuerpo lo que estaba acostumbrado y por supuesto me empezó a dar hambre. Qué hacen las pastillas, pues te quitan el hambre, te quitan los antojos. Recuerdo que el doctor me decía “cuál es tu postre favorito”, que era el brownie con helado, “pues vas a ver el postre más rico de todos y no lo vas a querer tocar”. Y así fue, obviamente me retiran las pastillas, y veo el brownie con helado y me lo quería comer y ya tenía hambre, es un desajuste impresionante, tu cuerpo te está pidiendo lo que realmente necesita consumir. Subí de peso, tal vez no tanto como cuando empecé, pero de verme tan flaca a volver a subir de peso, fue un trauma para mí. Y qué pasó, pues regresé con el doctor a tomar las pastillas, ya sin el permiso de mis papás, me volvió a dar toda la farmacia de pastillas y volví a lo mismo, al mal humor, a todo.

Es un círculo vicioso que muchas personas pueden decir, me voy a tomar una pastilla, por 3 meses, ya que esté flaca la dejo, hago ejercicio, sigo comiendo como estoy comiendo y ya no voy a rebotar. Pero es imposible, porque de verdad esas pastillas son un veneno para el cuerpo.

Las personas que estén tomando pastillas o que se les cruce por la cabeza tomarlas para bajar de peso, las famosas pastillas mágicas, las que bloquean los carbohidratos, no tiren su dinero, denle al cuerpo lo que realmente necesita: hacer ejercicio, tomar agua, salir a caminar y así poco a poco. Yo realmente me arrepiento de todo lo que hice, porque hoy en día me ha costado mucho llegar a donde estoy. Mi metabolismo no es el mismo que antes, todas esas dietas restrictivas, el ejercicio exhaustivo, las pastillas que me tomé por mucho tiempo, me afectaron. Escúchenme, no hay camino fácil, pero lo que sí te puedo decir es que por el mal camino siempre regresas al principio.

Por favor hagan conciencia, quiéranse, yo sé que hoy en día hay mucho bullying entre los niños y los adolescentes, que si no estamos flacos, que si no tenemos el cuerpazo, que si no se te ve bien el bikini, todas estas palabras negativas nos afectan mucho a largo plazo. En su momento, los niños me molestaban, me decían “gordita” y esas palabras parece que no, pero te afectan y te dan inseguridades. 

No les puedo decir que no les importen esos comentarios porque es algo muy difícil, pero que se den cuenta lo que sí tienen. Todo lo que les gusta, sus habilidades, sus fortalezas, siempre hay algo bueno de lo malo. No tomen caminos fáciles, porque realmente no los hay, es un proceso largo, a mí me ha costado años llegar a donde hoy en día estoy, en ver resultados en mi cuerpo y en mi ejercicio, yo hago triatlón, llevo 6 años que han sido un proceso de constancia, dedicación y de pedir ayuda.      

Tengo altos y bajos, tengo temas hormonales y puedo subir como 5 kilos, pero tenemos que entender a nuestro cuerpo, conocerlo, comprenderlo y aceptarlo” @thisisslex       

     

 

9 Aspectos que me ayudaron a superar y sobrevivir un TDC (Trastorno de Conducta Alimenticia) y que pueden cambiar tu vida 

  1. Encuentra un hobby que te guste y disfrutes

  2. Cambia la forma en que te expresas de ti misma

  3. Mejor tu relación con la comida y el ejercicio, encuentra un balance

  4. Rodéate de gente con objetivos y gustos similares a los míos, para que te motiven

  5. Acude con un profesional de la salud (un verdadero experto, nutriólogo, entrenador)

  6. Empieza tu día con actividad física 

  7. Cambia y mejor tus hábitos de sueño y descanso 

  8. No te prives de nada que te guste, simplemente aprende a moderarte y balancear las cantidades 

  9. Aprende a decir NO en muchas situaciones 

 

 





 
Lorena Gonzalez